viernes, 19 de abril de 2013

JUNE ANDERSON - AIRS D´OPERAS FRANCAIS & ITALIENS


Disco 1. Airs d´Operas Français. 1990

1. Thomas. Hamlet. A vos jeux, mes amis
2. Thomas. Hamlet. Et maintenant, ecoutez ma chanson
3. Meyerbeer. Robert le Diable. Robert, Robert, toi que j´aime
4. Massenet. Manon.
Je marche sur tous les chemins
5. Massenet. Manon. Obeissons quand leur voix apelle
6. Gounod. Romero et Juliette. Dieu! Quel frisson court
7. Meyerbeer. Dinorah. Ombre legere
8. Bizet. Ivan IV. Il me sempre parfois que la vie est un sogne
9. Bizet. Ivan IV. Oh! Ciel! Quel changement
10. Spontini. La Vestale. Toi que j´implore
11. Verdi. Les Vespres Siciliennes. Merci Jeunes amis

Orchestre du Capitole de Tolouse
Michel Plasson

Disco 2. Bellini. Airs d´Operas. 1987

1. I Puritani. Son Vergin vezzosa
2. I Puritani. Ah! Rendetemi la speme... Qui la voce... Vien diletto
3. I Capuleti e i Montecchi. Eccomi in lieta vesta. Oh! quante volte
4. La Sonnambula. Oh! Se una volta sola... Ah! non credea mirarti... Ah! non giunge
5. Beatrice di Tenda. Oh! Mie fedele... Ma la sola... Ah! la pena

Orchestre Philharmonique de Monte-Carlo
Nicola Rescigno

Este doble álbum publicado bajo la distribuidora francesa de EMI reúne dos discos grabados la soprano  americana June Anderson en los años 1989 y 1990 coincidiendo con la época de su mayor esplendor vocal.

Nacida en Boston en 1952 realiza sus estudios musicales en Norteamérica. A la vista de sus éxitos nos resulta extraño saber que sus inicios fueron bastante lentos y, pese a recibir numerosas menciones, incluida una para jóvenes promesas del Metropolitan de Nueva York,  no fue reconocida hasta 1978 con su debut en la New York City Opera con el papel de la Reina de la Noche de La Flauta Mágica.

Después de unos años en los que desarrolla su carrera en los escenarios de Estados Unidos, no será hasta 1982, a raíz de su presentación en el rol titular de Semiramide de Rossini en Roma, cuando despega su carrera internacional que la llevó a cantar en los principales escenarios (Florencia, Venecia, Milán, Londres, Paris...).

Dotada de una voz de Soprano Ligera con una técnica de coloratura sorprendente pese a un ligero entubamiento del sonido, June Anderson se especializa en papeles Belcantistas, de Rossini, Bellini, Donizetti y Verdi alternando roles más ligeros (Sonnambula, Lucia di Lammermoor) con otros mas dramáticos (Norma, Traviata), y ha sabido mantener una coherencia que le ha permitido alargar su carrera hasta la actualidad.

Acusada por la crítica de frialdad expresiva, y comprada negativamente con Joan Sutherland  a la que le une no solo un repertorio y técnica similares, sino también un relativo parecido físico, ha sido el público el que ha valorado sus prestaciones vocales cimentado la base de su éxito internacional. De forma paralela ha llevado una carrera discográfica no muy abundante pero bastante significativa registrando algunos papeles de su cuerda menos transitados en los estudios de grabación. (Mose in Egitto, Mahometto II, La jolie fille de Perth, La Juive, La Muette de Portici, Hamlet)

Los dos recitales presentados nos muestran a June Anderson con una lujuria y un poderío vocal envidiable que le permite recorrer varios autores y estilos sin dejar ningún cabo suelto incluyendo una coloratura y unos sobreagudos proyectados con una facilidad pasmosa. Pese a ser cierta una cierta frialdad expresiva el disfrute de la escucha está garantizado. Es una lástima que el Bolero francés del último acto de Les Vespres Siciliennes de Verdi, ultima pista del disco dedicado a la ópera francesa, no sea coronado con el Mi sobreagudo que ha impuesto la tradición y que habría supuesto un broche de oro al recital.

Personalmente tuve la oportunidad de verla cantar en Madrid en el año 1985 en una Marie de La Fille du Regiment (Donizetti) junto a Alfredo Kraus como parte de una gira en la que ambos cantantes llevaron la obra por distintos escenarios mundiales y que fue coronada con una grabación de la EMI de una representación en vivo en la Opera de Paris en 1986 y puedo asegurar que su actuación escénica fue todo menos fría mientras que vocalmente nos regalo toda una colección de sobreagudos (la mayoria de ellos alternativos) con los que corono arias, duos y conjuntos rematando la función un un Mi sobregudo que mantuvo hasta la conclusión orquestal de la obra.

Totalmente recomendable

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